Beber líquidos, y en especial agua, es importantísimo todos los meses del año
pero cuando llega el Verano tenemos un mayor riesgo de sufrir una
deshidratación debido entre otros factores al calor, los largos viajes, las
diarreas de esta época o el uso excesivo del aire acondicionado.
Para intentar evitar llegar a esta situación es necesario
que bebamos alrededor de 2 litros de líquido al día, dosificándolos en pequeñas
cantidades. Algo que nos será fácil si siempre llevamos con nosotros una
botella de agua que nos lo recuerde.
Gracias a la amplia variedad de bebidas con las que contamos
en la actualidad no será difícil elegir una para cada momento del día: agua,
té, refrescos, batidos, granizados, etc y con ellas tendremos garantizada una
buena hidratación.
Especial cuidado debemos tener si tenemos personas mayores o
bebés a nuestro cargo ya que, junto a los deportistas, son los más vulnerables.
Igualmente debemos tener cuidado con nuestros animales, que siempre deberán
tener agua limpia y fresca disponile. Y refrescarnos con alcohol puede que no
sea una buena idea, ya que las bebidas alcohólicas deshidratan.
Y es que la falta de líquidos en el cuerpo no solo afecta a
nivel físico sino también intelectual. El agua ayuda a mantener el cerebro
alerta y si no tiene suficientes líquidos corporales este comienza a reducir a
alterar su funcionamiento o capacidad intelectual.
¿Seguís estas recomendaciones cada Verano?
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