lunes, 1 de julio de 2013

Gracias a la dieta mediterránea: Generalidades

Hace 2 semanas fui a un colegio de Socuéllamos para dar una charla sobre el desayuno saludable para los niños de infantil y primaria. Los niños se lo pasaron muy bien, ya que es una cosa distinta a las clases habituales. Aprendieron mucho e hicimos juegos para conocer un poco mas qué alimentación debemos de seguir para tener una buena salud.

Todos los años hacemos distintas charlas a los colegios del pueblo, tanto para los niños como para los padres. He dado charlas sobre la protección solar, los piojos, etc.
La verdad es que te lo pasas muy bien con los niños y ves cómo aprenden y juegan y las preguntas tan curiosas que te hacen. Cada año digo lo mismo, pero es que es verdad: Me sorprende las anécdotas que recuerdan de las charlas que les dí los años anteriores. Son como esponjas, sobre todo para los conceptos curiosos.
Me gustaría transmitir esta charla. Va dirigida para los niños que empiezan el colegio.

Lo primero y muy importante es decir que la dieta mediterránea es el mejor ejemplo de alimentación saludable. El papel de los padres en la formación de los hábitos alimentarios de sus hijos y de un estilo de vida saludable es esencial. Deben estimularlos a comer de todo y a valorar los alimentos y platos y recetas como un tesoro cultural. El abuso de comida rápida nunca es aconsejable, pues contribuye a la formación de malos hábitos alimentarios y a la obesidad infantil. Sé que por determinadas circunstancias (estrés, trabajo, etc.) no estamos dando la importancia que se merece a la buena alimentación.

La pirámide nutricional, según la agencia española de seguridad alimentaria y nutrición (AESAN) presenta las siguientes pasos: a) alimentos que hay que comer diario varias veces: arroz, patatas, verduras, hortalizas, frutas y lácteos y aceite de oliva b) alimentos que hay que consumir varias veces a la semana: carnes, pescados, huevos, legumbres y frutos secos y c) alimentos de consumo ocasional: dulces, helados y refrescos. La bebida de elección será el agua.

Un aspecto a tener muy en cuenta es el horario y distribución de los alimentos.
Hay que fraccionar la ingesta diaria en 4 comidas, proporcionando en el desayuno el 25 % del total de calorías, en la comida el 30 %, en la merienda el 15 % y en la cena el 30%. Esto es lo ideal pero cada niño es un mundo. 

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