lunes, 24 de junio de 2013

EL BEBE Y SUS NUEVOS AMIGOS: LOS ALIMENTOS (SEGUNDA PARTE)


Verduras y hortalizas: Se evita en los primeros meses el uso de remolacha, espinacas y col. Estas pueden ser introducidas a partir de los 12 meses de edad. Al principio se dan en forma de purés, cocinando las verduras al vapor o hervidas con una mínima cantidad de agua o durante poco tiempo para conservar todas las vitaminas. Alrededor de los 8 meses se puede probar con la introducción del tomate hervido y sin piel ni semillas (nunca crudo). Son importantes por su contenido en hidratos de carbono, fibra blanda, vitaminas, minerales y agua.

Grasas: la fuente de grasa en esta etapa debe ser el aceite de oliva y de semillas. De forma esporádica, a partir de los 8 meses, se puede introducir una cucharada de postre de mantequilla o margarina vegetal (en una de las tomas y sin calentar).

Carnes: Entre los 6 y 7 meses se puede introducir en primer lugar el pollo o el pavo (provoca menos reacciones alérgicas y es mas fácil de digerir, siempre sin piel, que se debe retirar antes de la cocción). En la práctica se introduce primero el pollo y el pavo lo dejan para la noche, principalmente en forma de potito junto con verdura.

Si se tolera bien, alrededor de los 15 días (hoy en día es mas tarde, según la practica) ya se puede introducir la carne de ternera, siempre se deben escoger las partes mas tiernas y magras y eliminar toda la grasa visible. Según la Sociedad Española de Pediatría, después de introducir el pollo,  se debe de introducir el cordero y después la ternera.

En la farmacia, muchas mamás dicen que el especialista recomienda lo contrario, ya que el cordero es más pesado que la ternera. Según el manual, se recomienda introducir el cordero a partir del año junto con el jamón salado. Por lo tanto yo prefiero  primero la ternera y después el cordero.

Legumbres: se inician a partir de los 9-12 meses en forma de purés y suponen un aporte de aminoácidos, vitaminas y oligoelementos muy importante. Se recomienda administrarlas 2 ó 3 veces por semana. Son alimentos que no se pueden introducir de golpe por su alto contenido en fibra dietética y su difícil digestión, hay que hacerlo con precaución y en cantidades poco abundantes. Se recomienda introducir los guisantes (hervidos) a partir de los 9-10 meses. Posteriormente introduciremos las lentejas, garbanzos y judías, pero no enteras, ya que no se recomienda hasta los 2 años.

Huevo: A los 9 meses ya se introduce la yema de huevo cocida en las papillas o purés de la cena (como máximo 2 ó 3 veces a la semana). Según la Sociedad Española de Pediatría se realiza a partir de los 10 meses. La clara cocida se cocida se dará a partir del año, debido a que es una sustancia de alto riesgo alérgico.
El huevo siempre se da cocinado para evitar el riesgo de transmisión de salmonela y porque con el calor mejora su absorción. Aporta proteinas, ácidos grasos esenciales, vitaminas y hierro.
Pescado: es un alimento muy interesante desde el punto de vista nutricional por su contenido en proteinas de alta calidad y de fácil digestión, ácidos grasos poliinsaturados omega 3 y omega 6, minerales y vitaminas. Se introduce a partir de los 9-10 meses, no se recomienda antes. Se introduce el pescado blanco como el lenguado, merluza o la pescadilla, de 1 a 2 veces por semana. Se introducen inicialmente en los purés de verduras en cantidades que oscilan los 30 y 40 gramos (se debe retirar la piel y espinas). La introducción no puede ser brusca ya que el fuerte sabor del pescado puede provocar rechazo por parte del niño.

Los frutos secos no se recomiendan para los niños menores de 5 años por el peligro de atragantamiento pero pueden ser empleados si están molidos. Finamente, por ejemplo en mezcla con cereales, como ocurre en caso de los cereales de Blevit.
Sabemos que existen una gran variedad de potitos y de cereales. En el caso de potitos nos viene muy bien ya que no contienen sal, ni azúcares añadidos, es decir, dan todas las garantías para que el bebé tenga un desarrollo completamente sano. Los cereales , según la marca, tienen más variedades o menos, se disuelven mejor, se pueden emplear en niños con intolerancia, si tienen trazas de leche o no, etc.

Lo más importante no es la marca que se utilice para alimentar al niño, sino que el niño crezca bien y esté bien alimentado. Es verdad que tenemos que tener mucha paciencia con nuestros hijos para la introducción de los alimentos; pero a la larga, nos lo agradecerán.
¡¡¡¡ Ánimo!!!!
Javier Parra Martinez col. CR. 1386

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